el cuerpo-dolor


Texto de Eckhart Tolle

Por qué las mujeres est
án más cerca de la iluminación

En general, a las mujeres les resulta más fácil sentir su cuerpo y habitarlo, por lo que, de manera natural ellas están más cerca de la iluminación que los hombres. Por esta razón muchas antiguas culturas eligieron instintivamente figuras o analogías femeninas para representar o describir la realidad informa y trascendental. Se consideraba que esta realidad es la matriz que da a luz a la totalidad de la creación, sustentándola y nutriéndola durante su vida en a forma. . En el Tao Te Ching, uno de los libros más profundos y antiguos que se han escrito, el Tao, que podría traducirse como el Ser, se describe como "infinito, eternamente presente, la madre del universo". Naturalmente, las mujeres están más cerca

del Tao que los hombres, ya que prácticamente "encarnan" lo No Manifestado. Además, todas las criaturas y cosas deben volver a la Fuente. "Todas las cosas desaparecen en el Tao. Solo Él perdura." Puesto que la Fuente se considera Femenina, se representa con los dos aspectos, luminoso y oscuro, del arquetipo femenino en la psicología y la mitología. La Diosa o Madre Divina tiene dos aspectos: da la vida y la quita.

Cuando la mente tomó el mando y los humanos perdieron contacto con la realidad de su esencia divina, empezaron a pensar en Dios como una figura masculina. La sociedad empezó a estar dominada por los hombres, y la mujer tuvo que someterse al dictado masculino.

No estoy sugiriendo la vuelta a las primeras representaciones femeninas de lo divino. Algunas personas ahora emplean el término Diosa en lugar de Dios. Están tratando de recuperar un equilibrio entre lo masculino y lo femenino que se perdió hace mucho tiempo, y eso es bueno. Pero sigue tratándose de una representación y de un concepto que, aunque quizá resulte útil temporalmente, del mismo modo que un mapa o una señal indicadora es útil durante un tiempo, acaba siendo más un impedimento que una ayuda cuando uno intenta acceder a la realidad que está más allá de todos los conceptos e imágenes. En cualquier caso, lo que sigue siendo cierto es que la energía vibratoria de la mente parece ser fundamentalmente masculina. La mente se resiste, lucha por el control, usa, manipula, ataca, intenta aferrarse y poseer,y así sucesivamente. Por eso el Dios tradicional es una figura autoritaria, controladora y patriarcal, un hombre que suele estar enfadado y a que se debe temer, como sugiere el Antiguo Testamento. Este Dios es una proyección de la mente humana.

Para ir más allá de la mente y reconectar con la realidad más profunda del Ser se necesitan otras cualidades muy diferentes: rendición, ausencia de juicio, una apertura que permita ser a la vida en lugar de resistirse a ella y la capacidad de contener todas las cosas en el abrazo amoroso de tu conocimiento. Todas estas cualidades son más afines al principio femenino. Mientras que la energía mental es dura y rígida, la energía del Ser es suave, cede, y es infinitamente más poderosa que la mente. La mente gobierna nuestra civilización, mientras el Ser se encarga de toda la vida en nuestro planeta y más allá. El Ser es la misma Inteligencia cuya manifestación podemos ver en el mundo físico. Aunque potencialmente las mujeres están más cerca de él, los hombres también pueden acceder al Ser dentro de sí mismos.

En nuestros tiempos, la gran mayoría de los hombres y de las mujeres siguen estando atrapados en los grilletes mentales: identificación con el pensador y con el cuerpo-dolor. Evidentemente, esto impide la iluminación y el florecimiento del amor. Como regla general, el mayor delos obstáculos para los hombres suele ser la mente, y para las mujeres, el cuerpo-dolor, aunque en algunos casos concretos puede ser al revés, y en otros, ambos factores se igualan.

Disolver el cuerpo-dolor colectivo de las mujeres

Además del aspecto personal, el cuerpo-dolor generalmente tiene un aspecto colectivo. El aspecto personal es el residuo acumulado de dolor emocional sufrido en el propio pasado. el aspecto colectivo es el dolor acumulado en la psique humana colectiva a lo largo de miles de años de enfermedades, torturas, guerras, asesinatos, crueldades, locuras, etc. Los cuerpos-dolor personales también forman parte de este cuerpo-dolor colectivo. El cuerpo-dolor colectivo está formado por distintas hebras. Por ejemplo, ciertas razas o países en los que se han producido formas extremas de lucha y violencia tienen un cuerpo-dolor colectivo más pesado que otras. Cualquiera que tenga un cuerpo-dolor fuerte y no tenga la suficiente conciencia para desidentificarse de él, se verá forzado a revivir su dolor emocional periódicamente; también es fácil que se comporte violentamente o se convierta en víctima, dependiendo si el cuerpo-dolor es predominantemente activo o pasivo. Por otra parte, esa persona puede tener un mayor potencial de iluminación. Este potencial no siempre se aprovecha, por supuesto, pero si estás soportando una pesadilla, tu motivación para despertar será más intensa que la de alguien atrapado en los altibajos de un sueño ordinario.

Aparte de su cuerpo-dolor personal, cada mujer comparte lo que podríamos llamar el cuerpo-dolor femenino colectivo, a menos que sea plenamente consciente. Este cuerpo-dolor colectivo estácompuesto por la acumulación del dolor sufrido por las mujeres -en parte debido a la subyugación impuesta por los hombres- durante miles de años de esclavitud, explotación, violaciones, partos, pérdidas de hijos, etc. El dolor físico o emocional que para muchas mujeres precede a, y coincide con, la menstruación no es otra cosa que el cuerpo-dolor  en su aspecto colectivo que despierta de su sueño en ése momento, aunque también puede activarse en otras ocasiones. EL cuerpo-dolor colectivo restringe el libre flujo de energía corporal, y la menstruación es la expresión física de este fenómeno. Detengámonos aquí un momento y veamos como ésta situación puede convertirse en una oportunidad de iluminación.

El cuerpo-dolor suele adueñarse de la mujer durante ésos días porque contiene una carga energética que puede empujarla a identificarse inconscientemente con él. Entonces estás poseída activamente por un campo energético que ocupa tu espacio interno y pretende ser tú. Pero, por supuesto, no eres tú en absoluto. Habla y actúa a través de ti, piensa a través de ti. Creará situaciones negativas en tu vida para poder alimentarse de tu energía. Quiere más dolor, de la forma que sea. (...) Es puro dolor, dolor del pasado, pero no eres tú.

El número de mujeres que se están acercando ahora al estado de plena consciencia ya excede al de los hombres, y aún aumentará mas rápidamente en los próximos años. Puede que los hombres acaben alcanzándolas, pero durante un tiempo considerable habrá un desfase entre la conciencia de los hombres y de las mujeres. Las mujeres están recuperando su derecho de nacimiento, y por tanto, les viene dada de manera más natural que a los hombres: ser un puente entre el mundo manifestado y el No Manifestado, entre el mundo físico y el espíritu. Tu principal tarea como mujer es transmutar el cuerpo dolor para que no se interponga entre ti y tu verdadero yo, la esencia de tu ser. Evidentemente también tienes que lidiar con otro obstáculo a la iluminación, la mente pensante, pero la intensa presencia que generas afrontando tu cuerpo-dolor también te liberará de la identificación con la mente.

Lo primero que has de recordar es que mientras sigas identificándote con el dolor, no podrás librarte de él. Mientras parte de tu sentido de identidad siga invertido en tu dolor emocional, sabotearás o te resistirás inconscientemente a cualquier intento de sanar ese dolor. ¿Por qué? Simplemente porque quieres mantenerte intacta, y el dolor se ha convertido en parte esencial de ti. Éste es un proceso inconsciente, y el único modo de resolverlo es volverlo consciente.

Ver repentinamente que estás o has estado apegada a tu dolor puede ser muy impactante. En el momento de darte cuenta, ya has roto el apego. El cuerpo-dolor es un campo energético, casi como una entidad, que se ha alojado temporalmente en tu espacio interno. Es energía de vida que se ha quedado atrapada, energía que ya no fluye. Por supuesto, el cuerpo-dolor existe por ciertas cosas que ocurrieron en el pasado. Es el pasado vivo en ti, y si te identificas con el cuerpo-dolor, te identificas con el pasado. Tener identidad de víctima es creer que el pasado tiene más fuerza que el presente, que es lo opuesto a la verdad. Es creer que otras personas, y lo que te hicieron, son responsables de quien eres ahora, de tu dolor emocional y de la incapacidad de ser tú misma. La verdad es que el único poder existente está contenido en este momento: es el poder de tu presencia. Cuando lo sabes, también te das cuenta de que ahora mismo eres responsable de tu espacio interno -nadie más lo es- y de que el pasado no puede prevalecer ante el poder del ahora.

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El poder del ahora